Actualmente
la mayoría de nuestros recuerdos, documentos, trabajo, contactos,
entretenimiento y otra información importante, se encuentran en algún tipo de
soporte digital, lo que resulta muy cómodo, ahorra muchísimo espacio y permite
un fácil traslado.
Sin
embargo la información en soportes digitales tiene una vida limitada y más o
menos corta. Desde luego no cabe esperar que duren como algunas pinturas
rupestres, ni como los jeroglíficos tallados en piedra, ni como los pergaminos,
etc.
A la corta
vida útil de los soportes digitales hay
que sumarle la de los lectores. Por ejemplo, los CD y DVD industriales (los que
se compran ya grabados) tienen una expectativa de vida de 100 años conservados
en condiciones idóneas, pero ¿dentro de 100 años habrá algún lector capaz de
recuperar la información? No hay más que recordar lo que pasó con los videos VHS,
las cintas cada día que pasa se ven peor, y ya es difícil encontrar
reproductores.
El
acceso a nuestra información está en riesgo porque puede fallar el ordenador
(incluyendo aquí tabletas y smartphones) en el que la manejamos, o estropearse el
soporte donde se almacena (disco duro, pendrive, DVD, etc).
De lo
anterior se deduce que es importe tener copias de la información que queramos
conservar, y renovar estas copias periódicamente. Precisamente en eso consisten
las copias de seguridad, en duplicar la información para poder recuperarla
posteriormente en caso necesario.
En el
caso de cambio de tecnología, como cuando se pasó de VHS a DVD, de disco de
vinilo y casete a CD, etc. Durante un tiempo coexisten las dos tecnologías y es
el momento de pasar los datos de una a otra. Posteriormente, durante un tiempo, se puede recurrir a un
servicio profesional que haga la conversión y con el tiempo quizá ya no haya
ocasión de hacerlo, al menos a un precio razonable.
Para guardar datos a largo plazo puede resultar conveniente tenerlos
duplicados en diferentes soportes, como DVD, pendrive y disco duro, por
ejemplo, y renovar estas copias periódicamente.
Con los datos con que se trabaja habitualmente conviene hacer copia de
los mismos con frecuencia, en un soporte que nos resulte rápido y cómodo, como
discos duros externos o pendrives y nos permita, en caso de avería, la rápida
recuperación y acceso de los datos en otro ordenador o dispositivo. Si además
disponemos de los programas para manejarlos en varios ordenadores, bastará con conectar el disco externo o
pendrive a otro ordenador para continuar trabajando tranquilamente mientras se
resuelve el problema con el equipo averiado.
Hay
varias formas de hacer copias de seguridad, la más primitiva es copiando y
pegando directamente. También se puede usar la utilidad de copia de seguridad
del sistema operativo, en el caso de que disponga de ella, o un programa
especializado en copias de seguridad o incluso en sincronización de ficheros.
Hay programas gratuitos y también de pago en ambas categorías.
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